El abrigo del Tío Campano, descubierto en 1981, posee un panel pintado de en torno a 95 cm de longitud que, como la mayoría de los localizados en los Pinares de Rodeno fue realizado entre los años 7000 y 4500 a. C.
A pesar del mal estado de conservación de algunas de sus figuras, se observa una marcada presencia animal en esta escena, encontrando a mano izquierda el cuarto trasero de un cuadrúpedo indeterminado, un caballo y dos ciervos.
No obstante, el panel está protagonizado por la figura de un caballo, cuyas patas aparecen representadas en disposición oblicua.
De su hocico parte una línea descendente que deriva en una figura indeterminada que podría ser antropomorfa.
Este elemento se ha entendido como la correa o cuerda que permite al hombre dirigir al animal, lo que ha llevado a los investigadores a plantear que esta representación narre una escena de domesticación.
Este tipo de secuencias son habituales en el periodo final del arte levantino, momento en el que los habituales medios de obtención de recursos naturales (la pesca, la caza y la recolección) son progresivamente suplantados por la ganadería y la agricultura, dos actividades que implican un mayor dominio del entorno.