Concluida la Guerra Civil Española en abril de 1939, un gran número de republicanos se refugiaron en campamentos situados en las sierras montañosas con el fin de evitar la dura represión y de continuar desde ellos su lucha contra el nuevo régimen.
Estos guerrilleros recibieron el nombre de “maquis”. Es en el año 1947 cuando la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA), que controlaba la resistencia en las provincias de Valencia, Castellón, Cuenca y Teruel, estableció en los Pinares de Rodeno un gran campamento estable, equipado con una escuela de instrucción política y militar para los guerrilleros.
La ubicación del campamento no es casual, ya que fue establecido en una especie de planicie circular oculta por pinos situada en lo alto de una montaña en torno a la cual se erigían laberínticas formaciones rocosas, fuertes pendientes y densos bosques que dificultaban su localización por parte de las autoridades.
Fue así como, aprovechando la propia topografía y con la construcción de refugios temporales con materiales naturales, se concibieron una serie de dependencias básicas para la supervivencia como la cocina o la escuela.
A pesar de los esfuerzos por mantenerse oculto, el 20 de diciembre de 1947, sin haber cumplido un año desde su puesta en funcionamiento, un operativo integrado por 3.000 hombres pertenecientes al ejército y a la Guardia Civil logró hacerse con el control del campamento. Algunos guerrilleros fueron arrestados, aunque la mayoría lograron escapar adentrándose en el bosque.